A medida que aumenta la penetración de la generación distribuida, se ponen de manifiesto sus propios problemas, ya que los costes de acceso a una sola máquina para la generación distribuida son altos y el control es difícil. Por UN lado, las fuentes de energía distribuidas son una fuente incontrolable en comparación con las grandes redes, por lo que los sistemas grandes tienden a adoptar UN enfoque restringido y aislado para disponer de las fuentes de energía distribuidas, con la esperanza de reducir su impacto en las grandes redes. Por otra parte, la estructura de funcionamiento pasiva y radiante de los actuales sistemas de distribución, así como el carácter unidireccional y unidireccional de los flujos de energía, hacen que la generación distribuida tenga que ser incorporada y operada como carga, es decir, la generación debe ser menor que la carga de los usuarios en el lugar de la instalación, lo que resulta en una gran limitación estructural de la capacidad de generación distribuida.