Numerosos estudios previos han demostrado que el lenguaje del niño es un medio de expresión del niño, un medio de detención y ansiedad, y que el lenguaje del niño cumple una función de autorregulación y muestra una capacidad de autorregulación. Como medio de comunicarse con uno mismo, hablar a sí mismo puede ayudar al niño a planificar y organizar su comportamiento, y se puede decir que la auto-habla es una expresión de una gran capacidad de autorregulación del niño